El futbol ha pasado a ser solo un complemento de mi vida, algo que no le da sentido, pero si le da alegrías o tristezas. Como muchos de ustedes saben, soy seguidor del Cruz Azul, todo ese rubro ha quedado desplazado por muchos sinsabores que me ha proporcionado, ahora solo lo veo de vez en cuando, la Traviesa me quitó esa "obsesión" por sentarme todos los sábados que jugaba mi equipo en el estadio azul frente a la tele para no perderme el partido. Ella me enseñó nuevas cosas de la vida, una persectiva diferentes, ya no vivo del fut, eso me lo dejó muy en claro, y creo que lo entendí.
Algo que tal vez no entienden muchos o muchas, es la pasión que despierta este deporte, hay partidos diferentes, para mi lo son, y no por el hecho de que el Cruz Azul gane o pierda, sino porque es el motivo perfecto para molestar al prójimo, llamadas, mensajes, toda una semana para regodearse de la pena ajena.
Ya lo se, todo comienza una semana antes, hay que cruzar la apuesta, sea con quien sea, y sobre todo depende de la persona, hay con quien si te vas a manchar, y con quien no, hay con quien lo haces porque se ha convertido en una tradición, y te tiene que pagar la afrenta. Lo tengo que aceptar, últimamente me ha tocado perder, ni modo, son rachas.
Lo voy a aceptar, los dos partidos que más espero en la temporada son Cruz Azul - Pumas; Cruz Azul - América; Cruz Azul - Chivas. La tradición más larga es Cruz Azul - Pumas, esta data del 20 de mayo de 1995, cuando se enfrentaron en el estadio Azteca, partido de vuelta, Pumas había ganado 1-0 en el de ida, en el estadio universitario, con gol del "chiquis" García, para el de vuelta, Carlos, mi acérrimo rival de apuestas, obvio, seguidor de Pumas, se jactó todo el partido de nuestra desgracia, el marcador 0-0, hasta el minúto 90, donde después de una falta sobre Juan Reynoso, Brizio marcó penalti, la última jugada del partido. Miramos a Hermosillo, era nuestro héroe en esos tiempos, solo volteo a la banca y con cara de asustado movio su dedo diciendo, "Yo no lo tiro", a buena hora, para eso les pagan, pero bueno, el enviado fue Julio Zamora, Campos detuvo el penalti, y prodigioamente Lupillo Castañeda llegó de quien sabe donde y metió el gol. CALIFICAMOS!!!! Obviamente esa semana nos burlamos, hasta Antonio Sanche, que iba con nosotros en la prepa, jugador de pumas en ese tiempo, soltó algunas lágrimas. Ni modo, desde ahi comenzó nuestra "rivalidad", esa que se acaba con un par de cervezas y una botana.
Hoy después de 12 años seguimos apostando. Hemos hecho cada uno, si, vamos empatados, que tanto el como yo nos pongamos la playera del ganador, y deambulemos por un centro comercial, jajaja, el por Perisur, que esta enorme, y yo por Centro Coyoacán, que es diminuto.
Hoy, para el siguiente fin de semana, la apuesta se ha vuelto a cruzar, ya no es ponerse la playera del equipo contrario, ahora la disminuimos, el se encuentra en Ciudad Juárez, uno sigue en el defectuoso. Pero viene para el concierto de Soda el 16 de noviembre.
Así es, nuestra apuesta se pagará en el concierto, aprovecharé para saludarlo, pues es uno de mis mejores amigos, ha estado a mi lado en mis peores momentos (incluyo cuando me puse la playera de pumas), así como en los mejores. Disfrutaremos de un excelente concierto, y claro, escogeré la playera y la taza que me pagará, porque obviamente Cruz Azul, se impondrá a los pequeños felinos.
Hoy me regodeo, ganaré una taza y una playera, pero definitivamente no es por eso que me alegro, aunque no lo crean, disfrutaré más volver a ver a ese amigo y su esposa, por mi, creanme que la deuda estaría saldada con un par de cervezas, y platicar de como le va. Pero siempre habrá el motivo perfecto para disfrutar de una nueva apuesta, esa que desde hace 12 años cruzamos, esa que se ha vuelto nuestro clásico, el clásico Pumas - Cruz Azul.
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